Filosofía del día:
Hace unos días saqué un poquito más a la luz este blog, compartiéndolo por primera vez en Facebook. Lo hice con un post algo polémico ¿Qué es la comida real?. A pesar de que gustó a la mayoría, también es cierto que recibí un par de críticas negativas. Y, ¿en qué nos fijamos siempre cuando nos juzgan? En lo negativo.
Al día siguiente, mi motivación estaba por los suelos. No sólo es duro recibir críticas (y gastar energía en responderlas), también lo es exponer mi vida diaria en público. Lo que pienso, lo que hago, lo que como, lo que siento. A veces me da un poco de vergüenza y siento que estoy exponiendo demasiado mi vida privada. Me di cuenta de que si sigo con este blog, tendré que enfrentarme a algo bastante incómodo: ser juzgada.
Pasada la tormenta, llegué a la conclusión de que sólo me quedaban 2 opciones:
1. Abandonar y desaparecer sigilosamente, como ya he hecho con mis otros blogs. Me ahorraría tener que contarle al mundo mi vida personal y no tener que soportar ninguna crítica, ni defender lo que pienso.
2. Seguir por el motivo que empecé: compartir todo lo que he aprendido hasta ahora y poder ayudar a las personas que tengan los mismos problemas que yo. Aceptar que no puedo gustar a todo el mundo (¿por qué siempre nos empeñamos en hacerlo?) Recordé que mucha gente a la que admiro y de la que más he aprendido también recibe duras críticas a diario. Si ellos se hubieran rendido ante ellas, nunca los hubiera conocido.
De momento me quedo con la 2. Esta frase de Mago de Oz (gracias, Lau Moreno por recordármela) me ayudó a convencerme:
“Cuando oigas a un niño preguntar por qué el sol viene y se va , dile porque en esta vida no hay luz sin oscuridad.”
Esta receta está inspirada en una similar de Nacho Rubio (actor, presentador y más) que por cierto estoy todo emocionada porque me sigue en Instagram. Os aconsejo que veáis alguno de sus videos de recetas, son la bomba. Os voy a desvelar un gran truco que aprendí de él con el que ahorraréis mucho tiempo en la cocina, ¡estad atentos!
No deja de ser una crema de verduras (o un puré, depende de ti). Pero es una mezcla interesante que le da un sabor muy especial, de esos que te sorprenden y tienes que probar más y más para acostumbrarte a su sabor. Delicioso, por cierto.
Ingredientes (3 raciones):
-250 gr. de puerros
-450 gr. de zanahorias
-2 mandarinas
-15 gr. de mantequilla
-1/2 cucharadita de bicarbonato
-Sal y pimienta.
No os liéis con cantidades, esta receta se puede hacer totalmente a ojo. Simplemente ten en cuenta añadir casi el doble de zanahorias que de puerros.
Pasos:
- Lavamos y pelamos las verduras. Cortamos los puerros y las zanahorias en trocitos pequeños.
- En una sartén a fuego medio-alto derretimos la mantequilla y añadimos los puerros. Pasados 5 minutos, añadimos la zanahoria y vamos removiendo.
- Echamos el bicarbonato: éste hará que las verduras se caramelicen mucho más rápido. La sal también ayuda, aconsejo añadirla también en este momento. Tapamos la sartén para agilizar -aún más- el proceso.
- Cuando las verduras estén blanditas, las cubrimos con agua caliente y dejamos cocer entre 5 y 10 minutos hasta que veamos que están completamente cocinadas.
- Exprimimos el zumo de 2 mandarinas y lo añadimos a la verdura. Batimos todo junto, corregimos de sal y pimienta y listo. Si te ha quedado una mezcla muy espesa, vete añadiendo agua hasta conseguir la textura que quieras.
Consejos:
- Reserva algunos trozos de puerro para pasarlos por la sartén y servirlos como ‘guarnición’ al final junto con unas gotitas de aceite de oliva virgen.
- Si no eres muy fan de la mandarina, añade sólo una para que no se note demasiado su sabor.
- Puedes utilizar esta receta como un delicioso entrante para cualquier comida.
Si te ha gustado esta receta o quieres que alguien la haga por ti, ¡compártela! Si tienes alguna sugerencia para una crema de verduras original y anti-viejuna, dímelo en los comentarios 🙂
Una dietista poco corriente. El plátano no engorda.